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Educación Sexual

 

EDUCACIÓN SEXUAL DESDE LA FAMILIA:

Casi todos los padres de familia siente

n temor o preocupación sobre la mejor manera de abordar o de reaccionar frente a este tema con los niños en especial cuando aún no superan su edad pre- escolar, sin embargo tú conoces a tu hijo(a) mejor que nadie y por ello creemos que utilizaras esta información de  la mejor  manera posible.

COMO ADULTOS DEBEMOS SABER….Hablar de sexo y sexualidad no es lo mismo, pero sí están íntimamente relacionados.

 

La sexualidad se refiere a la dimensión social, afectiva y física de la persona en su relación de intimidad y placer con otra persona. Se expresa a través de sentimientos, pensamientos, fantasías, creencias, actitudes, actividades, normas y valores. Es decir, es la forma como las personas, viven su condición de mujer o de varón, según el aprendizaje sociocultural o el control social al que están impuestos.

El sexo es el conjunto de características anatómicas y fisiológicas que hacen diferente al varón de la mujer y que al complementarse, tienen la posibilidad de traer un nuevo ser al mundo.

 

 

¿QUÉ PAPEL TIENEN LOS PADRES EN LA SEXUALIDAD DE SUS HIJOS?

Los padres pueden cimentar las bases para que sus hijos sean sexualmente sanos. La manera de reaccionar ante una situación relacionada con la sexualidad, ya sea que se maneje directamente o se ignore, envía un mensaje que puede ayudar o hacer más difícil el desarrollo sexual de un niño o una niña, debe considerar estas oportunidades como “oportunidades para enseñar”, en las que se transmiten mensajes positivos y valores sobre la sexualidad. La educación sexual debe contribuir a la comprensión de nuestros sentimientos. No solo los sentimientos amorosos sino los de amistad, de compañerismo, de solidaridad, e incluso aquellos más negativos de incomodidad, vergüenza repulsión o rechazo. Debe ayudarnos a sentirnos cómodos en nuestra relación con las demás personas y también con nosotros mismos, nuestro cuerpo y nuestros sentimientos.

 

 

DESARROLLO SEXUAL:

La sexualidad se inicia desde el nacimiento…

Diversos autores señalan que la sexualidad es un proceso que se manifiesta desde el nacimiento, es parte inherente de todo ser humano, el niño siente placer “sexual” desde los primeros meses de vida, debido a que existen zonas erógenas en su cuerpo. Desde el nacimiento hasta el primer año la fuente de placer será la zona de la boca, por ello el niño siente le agrada succionar, se chupa los dedos, se lleva los objetos a la boca y los muerde.

 

El niño se interesa por su cuerpo y por su sexualidad…

A partir de los 2 o 3 años los niños descubren las diferencias entre los hombres y mujeres, observarán que los varones tienen pene y las mujeres tienen vagina, tendrán mucha curiosidad, les llamará la atención por ejemplo el hecho que los varones orinen de pie y las mujeres lo hagan sentadas, se darán cuenta que existen diferencias entre sus cuerpos y el cuerpo de los adultos, empezará a jugar al “doctor” o “al papá y la mamá”, estos juegos permitirán plasmar su curiosidad, explorar su cuerpo y descubrir aspectos de su sexualidad.

 

 

Por tanto los niños y niñas podrán:

  • Explorar las partes de su cuerpo, incluyendo sus genitales. A esta edad, los niños pueden experimentar erecciones y la vagina de las niñas puede lubricarse.
  • Comenzar a desarrollar sentimientos acerca del tacto, de su cuerpo, de tener una identidad masculina o femenina, y de la manera en la que deben actuar como un niño o una niña. Estos sentimientos están influidos por la interacción de los niños/as con la familia y la sociedad.

 

Cómo responder las preguntas y curiosidades de los niños…

A partir de los  3 años hasta los 5, Los niños tienen muchas curiosidades y preguntas, éstas se centran en temas sobre el origen de los niños y las diferencias entre varones y mujeres.

 

 

Por tanto los niños y niñas podrán:

  • Establecer que son un niño o una niña. Sin embargo, mientras juegan pueden simular que son del otro género.
  • Sentir mucha curiosidad por las diferencias corporales y jugar voluntariamente a las casitas o al doctor, o buscar otras formas de juegos sexuales con amigos/as o hermanos/as que sean afines en edad y nivel del desarrollo sexual.
  • Sentir cada vez más curiosidad por sus cuerpos. Al saber que se sienten bien cuando tocan sus genitales, pueden empezar a masturbarse estimulándose a sí mismos con la mano o frotándose con un muñeco de peluche, lo que puede o no provocar un orgasmo.
  • Expresar interés por las palabras relacionadas con comportamientos en el baño, mostrar curiosidad sobre la forma en que los hombres y las mujeres usan el inodoro, repetir las “palabrotas” que escuchan y empezar a hacer preguntas sobre la sexualidad, como “¿de dónde vienen los niños?”.

 

Para responder adecuadamente a las interrogantes de los niños es necesario:

  • Darle muñecas anatómicamente correctas para ayudarlos a entender que las niñas y los niños tienen muchas partes de sus cuerpos iguales y algunas diferentes.
  • Si encuentras a un niño o niña en pleno juego sexual con otro niño o niña, con amabilidad debes preguntarles qué estaban haciendo para que pueda comprender la situación desde su punto de vista. Es importante que el adulto abandone la perspectiva adulta y que entienda el comportamiento desde el punto de vista de los niños/as, que está motivado por la curiosidad.
  • Los padres y madres pueden explicar que el pene, la vulva, los glúteos, etc. se consideran privados y que nadie debe tocar sus “partes privadas” excepto por razones de salud o para limpiarlos.
  • De igual modo, puedes explicar en un tono calmado, que tocar los genitales puede hacerle sentir bien, pero que es un lugar tan delicado como privado.
  • Usa el nombre correcto para nombrar las partes del cuerpo, incluso los genitales.
  • Dale seguimiento a las preguntas de los niños/as de una manera adecuada para su edad, haciéndoles preguntas como “¿qué piensas?”.

 

De 5 a 8 años los niños pueden hacer…

  • Seguir con los juegos sexuales y con la masturbación.
  • Volverse muy curiosos sobre el embarazo y el nacimiento.
  • Desarrollar amistades estrechas con personas del mismo sexo.
  • Mostrar un interés más fuerte en los roles del estereotipo masculino y femenino, sin importar el planteamiento de los padres y madres ante la crianza.

 

¿Cómo debemos responder los padres en cuanto al descubrimiento de los niños de la sexualidad?

Si nos planteamos responder, es porque queremos que nos sigan preguntando. Valoraremos sus preguntas como una muestra de confianza, y nos propondremos como objetivo que acudan a nosotros cuando tengan alguna curiosidad. Si no somos nosotros sus referentes, corremos el riesgo de que sean otras las fuentes de información y aprendizaje, cuyos mensajes no persigan los mismos objetivos que nosotros nos planteamos, la formación de personas libres, felices y responsables.

 

¿Qué debemos tener en cuenta?

  • Responder con la misma naturalidad con la que ellos preguntan. Si nos asustamos, les regañamos o esquivamos el tema, el mensaje con el que el niño se queda, es que “esto debe ser mucho más preocupante o llamativo de lo que yo pensaba””.
  • Ser claros y directos, no andarse por las ramas. Ajustar la explicación a la edad y nivel del niño o la niña.
  • Tener abierto el canal de comunicación, mostrar disponibilidad para el diálogo.
  • Ser honestos, nunca mentir. Si no sabemos la respuesta, admitirlo y estar dispuestos a buscarla juntos, valorando la pregunta. Muchos de ‘los grandes líos’ de la sexualidad y de las relaciones eróticas vienen de “como hay que saberlo todo”, pues no se puede preguntar. ¡Bienvenidos los modelos imperfectos!

 

¿Qué debemos hacer los padres con los niños que NO preguntan?

Cuando no preguntan, no significa que no tengan curiosidad, todos los niños y niñas la tienen. Normalmente, las preguntas empiezan de los 4 a los 6 años. Debemos hablar de lo que a nosotros nos parece importante, haya o no preguntas. Podemos aprovechar situaciones cotidianas: una vecina embarazada, dos novios besándose, una imagen en la televisión… y hablar de afectos, amor, deseos, comunicación y derecho a decir no, cuando se sienten incómodos.

 

 

¿En qué nos equivocamos los padres a la hora de hablar de sexualidad con los hijos?

En primer lugar, todos los padres y madres están capacitados para hacer educación sexual. Para hacer educación sexual de calidad desde el papel de la familia no hay que ser sexólogos o sexólogas. El principal error que pueden cometer los padres y madres es interpretar con ojos de adulto las manifestaciones infantiles de la sexualidad. La sexualidad infantil está poco diferenciada y poco organizada con relación a la de la persona adulta. No hay unas sensaciones estrictamente eróticas como en la persona adulta. Ni es una sexualidad centrada en lo genital y en la procreación, por supuesto. Como es lógico, si no parecen claros los deseos, mucho menos la posible orientación de éstos.

 

¿Podemos verlo más claro con un ejemplo?

Imaginemos una madre o un padre que tiene la costumbre de masajear a su bebé tras el baño. Lo hace con todo mimo y cariño, y el bebé disfruta. Todo va bien hasta que un día la persona adulta observa como los genitales del niño responden a la estimulación con una erección. La realidad es que los genitales del bebé niño o niña están inervados, que tienen sensibilidad y capacidad para transmitir sensaciones agradables, que pueden responder ¡de manera mecánica! a ciertos estímulos. Pero de ahí a considerar que hay algo parecido a la erótica adulta, existe un abismo.

 

Finalmente…

Todas las personas que están cerca del niño deben ser sensibles a sus necesidades y deseos, procurando influir de manera positiva. La educación sexual es más un medio que un fin, debemos Saber que educamos generando valores, actitudes… y preparamos para futuras etapas, porque la construcción de la persona empieza en el nacimiento y continua a lo largo de toda la vida. Es recomendable pensar y compartir en pareja y/o con otros adultos sobre nuestra concepción de la sexualidad, nuestras dudas, nuestros miedos.

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