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Educar Para la Autonomía

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EDUCAR PARA LA AUTONOMÍA: COMO CREAR HÁBITOS Y MANTENERLOS

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Actualmente se cree que amar a los hijos es darles todo lo que necesitan y quieren, sin límite alguno para que no vayan a sufrir alguna decepción o frustración. En realidad cuando no se establecen  límites a los hijos, lo que estamos formando son niños débiles de carácter y dependientes.

La disciplina forma el carácter permitiendo que sean personas  tolerantes desarrollando la capacidad de ser independientes y seguras de sí mismas.

Muchas veces se intenta proteger a los hijos no estableciendo límites, normas, pautas y buenos hábitos. Es necesario que aprendan que la desobediencia o actos indebidos traen consigo consecuencias negativas, de esta forma aprenden a diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal.

Es importante estar consciente de que el disciplinar a un hijo no es gritarle o abusar de él físicamente. La disciplina va de la mano con el amor y el respeto. Dicho amor nunca debe ser condicionado por una conducta indeseada.

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Cuando se disciplina a un hijo se le está brindando las herramientas para la vida; a través de la misma se enseñan la perseverancia, la constancia, la voluntad y el respeto.

El niño que se valora a sí mismo y confía en su capacidad puede verse como una persona capaz de mejorar y ofrecer lo mejor de sí mismo a los demás.

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ALGUNOS CONSEJOS PARA EDUCAR CON DISCIPLINA A NUESTROS HIJOS

NORMAS cuando educamos con autoridad…

  1. Mostramos una clara decisión en nuestras actuaciones.
  2. Exigimos aquello que  niño/a puede hacer y le  proponemos metas alcanzables.
  3. Creamos “rutinas”, costumbres, en casa y animamos su cumplimiento,  establecemos “normas” de relación o convivencia en la familia.
  4. Establecemos límites adecuados a sus comportamientos.
  5. Promovemos el esfuerzo y la constancia en su conducta (la autodisciplina).
  6. Le animamos a que desarrolle conductas de autonomía y a confiar en sus potencialidades.
  7. Decimos “No” a peticiones, exigencias o conductas inapropiadas.
  8. Actuamos con orden y nos mostramos consecuentes.
  9. Educamos con el ejemplo.
  10. Lo enseñamos a cumplir y respetar las normas establecidas, así tengan muy poca edad. Ejemplo: En el colegio cumpliendo los horarios y portando adecuadamente sus uniformes.
  11. Las NORMAS facilitan la adquisición y el mantenimiento de los HÁBITOS DE AUTONOMÍA Y DE CONVIVENCIA.

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CÓMO APLICAR LÍMITES A LOS NIÑOS

Para educar de manera eficaz a nuestros hijos debemos marcar las reglas en casa con el objetivo de cumplirlas. El secreto es hacerlo de manera coherente y con firmeza. Una de las consecuencias educativas de una falta de habilidad a la hora de establecer las normas y de marcar los límites puede ser la falta de respeto, que se produce cuando hablamos demasiado, exageramos en la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos en nuestra forma de expresar con claridad lo que queremos o lo hacemos con demasiada autoridad.

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NUESTRO EJEMPLO ES LA MEJOR ENSEÑANZA PARA LOS NIÑOS

Sin duda alguna, tu ejemplo vale más que mil palabras a tus hijos.

LA PALABRA ENSEÑA, PERO EL EJEMPLO FORMA

Seguramente piensan, con cierto sentido crítico y mucha razón, que quizás los papás no hacemos todo lo que les pedimos que ellos hagan. ¿Por qué mi mamá me dice que no grite y luego ella lo hace? ¿Por qué me dice que guarde mi abrigo, si luego ella lo deje encima de la cama?

Necesitan encontrar coherencia entre lo que les decimos y lo que hacemos. De esta manera podrán hacer propias y tomar como válidas las enseñanzas que les damos. Así, si les pedimos que sean ordenados, también debemos serlo nosotros, si les pedimos respeto, también nosotros debemos ser respetuosos.

La alegría, el sentido común, el cariño y el autocontrol lo aprenderán directamente de nuestro comportamiento, las acciones hablan por sí solas y todas las palabras sobran ante ciertos comportamientos. Nuestros hijos nos quieren y nos admiran, somos el espejo en el que ellos se ven reflejados, así nuestra alegría será su alegría, nuestra estima, nuestras emociones y nuestros comportamientos, también los suyos.

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CRECER EN AUTONOMÍA

Promover los comportamientos de autonomía en los/las niños es uno de los objetivos fundamentales de toda acción educativa de los padres y madres.

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¿QUÉ SON LOS HÁBITOS DE AUTONOMÍA?

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Se tratan de conductas  que facilitan que el/la niño/a se desempeñe con más autonomía e independencia: asearse, vestirse, comer solo, acostarse, ordenar su habitación,…

“El desarrollo de los hábitos de autonomía personal incide en las actitudes, la personalidad, las habilidades y también en el desarrollo de la autoestima y la socialización”.

Para enseñar a nuestros niños a ser autónomos e independientes es necesario que como padres los dejemos crecer y quitemos toda sobreprotección que no deja que ellos actúen por sí solos. Por ejemplo, dejarlos comer y vestirse solos y dejar de pensar que aún son bebes.

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EDUCAR PARA LA AUTONOMÍA: COMO CREAR HÁBITOS Y MANTENERLOS

Para que el niño pueda alcanzar su autonomía en aspectos tales como su alimentación, sueño, higiene, orden, etc., va a ser necesaria la ayuda continua de los adultos, quienes irán proponiéndole actividades relacionadas con cada uno de estos aspectos, teniendo en cuenta su edad, su habilidad y su grado de autonomía. En contraposición la sobreprotección hiere la autoestima de nuestro hijo y le convierte en un ser dependiente e inseguro. La mayoría de los niños evidencian cambios positivos cuando adquieren rutinas. Esto se puede realizar a través de las actividades cotidianas.

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  1. No debemos ser autoritarios. Dar órdenes, amenazarles, castigarles o gritar no les ayuda a asumir sus responsabilidades.
  2. Decirle que le vamos a enseñar y cuando:
  • Lo primero es decidir lo que le vamos a enseñar.
  • Enseñar algo adecuado a su edad.
  • Hacerlo siempre y en todo lugar: todos los días.
  • Preparar lo necesario: si le vamos a enseñar a guardar sus juguetes, hay que preparar un lugar adecuado.
  1. Explicarle que tiene que hacer y cómo:
  • Hay que explicarle muy claro y con pocas palabras que es lo queremos que haga, dándole la seguridad
  • Enseñarle realizándolo nosotros primero.
  1. Practicar:
  • Ponerlo en práctica: hay que ofrecerles muchas ocasiones de práctica.
  • Recordarle los pasos que tiene que hacer antes que inicie la actividad.
  • Elogiar los primeros avances: Es importante subrayar todo lo que va consiguiendo para que sienta la satisfacción de haberlo logrado.
  • Poco a poco disminuir la ayuda.
  1. Supervisar:
  • Hay que revisar cómo va realizando lo que se le encomienda y cada vez corrigiendo hasta que logre hacer correctamente las actividades asignadas.

Recuerden que los logros de nuestros hijos serán posibles mientras les brindemos herramientas como seguridad, respeto, amor y cariño.

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